Fabricantes de juguetes y tiendas en Estados Unidos están congelando los pedidos navideños entre pronósticos de escasez y precios más altos. Algunos están consultando a abogados especializados en quiebras, temiendo que sus negocios no sobrevivan.

Su iniciativa ha sido la clave de gran parte de su éxito, pero al carecer de sentido de la prudencia, no entiende la diferencia entre un riesgo y una apuesta.